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escribiendo los agravios; y los derechos

  • Dec 27, 2024
  • 2 min read

el siguiente es un poema que surgió el día de acción de gracias de 2022. su propósito es ayudar a recordar a las personas qué son los derechos, y qué no lo son.




los derechos a menudo se malentienden, asamos esa palabra sin que entiendan... pues los derechos no dependende documentos ni de quien gobierne, sino que, en nuestros corazones viven, más parte de nosotros que sangre en vena, y nadie, por su título elevado, puede detenernos en nuestro camino sagrado.

todos llevamos un poder divino, respetado por la ley, si insistimos, nos enseñan que nacemos de Nación, pero somos creados por la Fuente, con razón. nos enseñan que somos "residentes", cuando la Tierra es nuestro hogar, lo sientes. nos enseñan a ser con documentos, somos "ciudadanos", ellos son "presidentes", se creen poderosos, pero nos dividen, haciéndonos envidiosos.

nos enseñan que si competimos,

podríamos ser Elites, alcanzando destinos,

pero sus beneficios nos arrastran al olvido. convencidos de su poder, ante su duelo en realidad, su poder solo es aparente pues lo tienen porque lo dejamos demente.

los derechos reales son reglas sencillas, se juegan por la libertad, no por vanas brillas, sin hacerle daño a otro, ni a su ser, y no es necesario alarmarse, lo puedes ver: ¿eso es todo? sin libros de ley encantados, sin códigos pesados ni quejas a la mano, solo recuerda la Regla de Oro, hermano:

haz a los demás como te gustaría, y en esa simple regla, la paz se anidaría. y si piensas que es un sueño irreal, revisa Gálatas 5:18, tal y te será vital. no confundas tus derechos con el beneficio, de las corporaciones y su oficio, aunque lo llamen igual, es distinto, pues nos harán sufrir, te lo advierto, es distinto.

porque sus "derechos" vienen con "deberes", como licencias, impuestos y temores, financian guerras, envían jóvenes al dolor, y les cierran el corazón con un gran temor, doblando sus voluntades al poder, sembrando el odio, haciendo padecer, y nos llevan al abismo, sin solución, creando dolor "en nombre de la ley", es la nación.

los derechos reales son calle de dos vías, tu derecho, mi deber, en armonía, si quiero mis derechos, debo proteger, los derechos de los demás, eso he de entender. esto asegura paz, en nuestro andar, libera a los esclavos y nos hace avanzar, no hace falta juicio ni condena, cuando todos somos libres, sin pena.

y cuando otros cometen sus fallos, perdonamos, sin poner sellos, porque sabemos que también hemos errado, y la rectitud será nuestro legado. sin venganza, sin odio ni rencor, el amor es nuestro superpoder, es lo mejor. superaremos la hora más oscura, cuando perdonamos, encontramos la cura, pues cuando perdonamos al otro primero, todos seremos bendecidos, y no el aguijonero.

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