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elegir la tearquismo: ¿un camino empoderado hacia la sociedad paralela? en la famosa fábula de los nuevos trajes del emperador, un gobernante está enamorado de su estatus y de las vestiduras lujosas que este le otorga. en su desesperada vanidad, cae en los trucos de unos estafadores engañosos que afirman hacerle ropa exquisita con los mejores materiales y los colores más ilustres. dicen que, debido al hilo especial, la tela es mágica, y que cualquiera que sea inepto para su puesto o inusualmente estúpido no puede verla. no queriendo parecer inepto o estúpido, el rey aprueba su magnificencia inexistente, y todos en el reino, también sin querer parecer ineptos o estúpidos, también pretenden ver las finas vestimentas del emperador, hasta que un niño valiente, con una inocencia clara, exclama: "¡pero no lleva nada puesto!" y de repente, se rompe la ilusión compartida. la ropa del emperador, como muchas de las instituciones y sistemas que intentan gobernar nuestras vidas hoy en día, no son solo no oficiales o impropias: no son ni siquiera reales. son construcciones sociales, al igual que su aparente necesidad dentro de nuestra vida diaria. como túnicas transparentes, los sistemas que parecen atarnos—el estado, la ciudadanía, las fronteras, las burocracias—no son verdades autoevidentes, y ciertamente no son representaciones de libertad; sino más bien grandes monstruos estructurales diseñados para controlar y limitar nuestra soberanía inherente. así como el emperador y todo el reino creían en la magia de la tela, el estado-nación y el concepto de ciudadanía pueden parecer una verdad indiscutible para aquellos que están condicionados a aceptarlo. se nos dice desde el nacimiento que venimos de un estado, que nos sometemos a sus leyes y "demostramos" nuestra existencia a través de sus papeles, tarjetas y registros. pero la verdad obvia es: ya existimos, con documentos o sin documentos. ya tenemos derechos otorgados por nuestro creador. inherentes e inalienables, son universales y nos pertenecen simplemente porque existimos. a lo largo de los siglos, el sistema del estado-nación ha oscurecido esta verdad, convenciendo a todos de que debemos someternos a sus definiciones de valor y libertad. y al aceptar sus privilegios de ciudadano desde el nacimiento y la madurez, lo que hemos hecho sin darnos cuenta es acordar no usar nuestros derechos naturales a favor de los "derechos de ciudadano", que pueden ser negados por el estado emisor a voluntad. estos llamados "derechos" son anunciados por los políticos (estafadores) como finos, magníficos, de primera clase (ropas mágicas). hacen un gran espectáculo de tejer la prenda de la personalidad, consiguen la aprobación de los títulos más reales y oficiales del día (doctores, abogados, etc.) y nos recuerdan: si no lo reconoces como real, eso por sí mismo demuestra que eres indigno y estúpido (teórico de conspiraciones). pero nunca olvides: te quitan la ropa real antes de ponerte las túnicas "mágicas." ¿qué son los derechos y de dónde vienen? los derechos no son beneficios otorgados por gobiernos, sistemas legales ni ninguno de los documentos que redactan. espera, me encanta la etimología. ¿podemos examinar el lenguaje por un momento? "documento" es una palabra de dos partes de raíz latina que significa "tomar y aceptar en tu mente". documenta eso un segundo. "jurisdicción" es una palabra de dos partes de raíz latina que significa "elección correcta de palabras". ¿importan nuestras palabras? "persona" es una palabra de raíz latina que significa "máscara, rostro falso o carácter asumido". ¿eres tú? nuestros verdaderos derechos—nuestro derecho a la vida, a la libertad, a la dignidad, a la autodeterminación, etc.—están incrustados en nosotros desde el momento de nuestra fertilización. estos son inherentes, inalienables, no alienables, y no pueden ser otorgados ni quitados por el estado. dicho de manera muy simple, los derechos no son agravios. hay tres agravios básicos: 1. daño (incumplimiento de contrato), 2. pérdida (robo), y 3. lesión (violencia física). esa es la esencia de la Ley Divina. si no estás robando, defraudando o lastimando a otro ser vivo, estás plenamente dentro de tus derechos. un ejemplo de una reciente consagración en el derecho internacional de la existencia prepolítica de estos derechos es la declaración universal de los derechos humanos (dudh). este documento establece de manera inequívoca que todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos—no por un estatus legal, nacionalidad u otra orientación política (ni siquiera por la dudh), sino porque somos seres creados, dotados de derechos y razón, y "debemos" tratarnos unos a otros en un espíritu de hermandad. qué irónico es que las mismas instituciones que buscan corromper nuestros derechos biológicos con privilegios políticos sean también las que proclaman orgullosamente la naturaleza divina de esos derechos que intentan socavar sin cesar. de esta manera, a lo largo de los siglos, los gobiernos han logrado convencernos de que debemos someternos a sus sistemas, sus definiciones de "derechos", "ley" y, por lo tanto, lo que es "posible". los políticos nos han engañado para que creamos, no solo que los "derechos" que ofrecen son la mejor opción para nosotros, sino que con el tiempo han persuadido a la mayoría de nosotros de que no hay otra opción—al menos, no una viable. que, de alguna manera, sin ellos, dejaríamos de existir o quedaríamos atrapados para siempre en un páramo desolado, sin "acceso" a derechos, atención médica, educación, trabajo o protecciones de ningún tipo. en su realidad de ficción legal, esta experiencia se llama: apátrida . . apatridia: una breve visión general oficialmente, la apátrida se define como la condición de una persona que no es reconocida como nacional por ningún estado. en otras palabras, una persona apátrida no tiene un país al que llamar suyo, ni un marco legal que la considere parte de su sistema. la apatridia , a los ojos de la comunidad internacional, no es solo un problema, es una violación fundamental de los derechos humanos que debe ser "resuelta". esto significa que, a los ojos de las naciones unidas, "...la nacionalidad es esencial para la protección de los derechos humanos. la negación de la nacionalidad resulta en la exclusión de un individuo de la plena participación en la sociedad." (convención de las Naciones Unidas sobre la reducción de la apátrida, 1961) esto recuerda de manera dudosa a la Bula Papal Unam Sanctum , emitida por el Papa Bonifacio VIII en 1302, que proclamaba orgullosamente "...es absolutamente necesario para la salvación que todo ser humano esté sujeto al Pontífice Romano." la narrativa prevaleciente insiste, ya sea en 1300 bajo el Imperio Romano, o en los diversos estados-nación existentes en 2020, que el no ser reconocido por un sistema humano es algo que causa que los individuos sean vulnerables, desprotegidos y excluidos de los derechos y libertades básicos. los gobiernos e instituciones trabajan incansablemente para eliminar la apatridia , posicionándose como los salvadores de los que no tienen papeles, ofreciendo la ciudadanía como un medio de "seguridad" y "pertenencia". pero hagamos una pausa y consideremos: ¿cuál es la verdadera esencia de esta narrativa? en su núcleo, la narrativa sobre la apatridia  en la comunidad internacional es una ilusión cuidadosamente construida—una que refuerza la idea de que nuestra existencia, nuestros derechos y nuestra identidad misma deben ser validadas por el estado. es una ideología que nos anima a creer que no somos nada sin la aprobación de un sistema político. al hacerlo, cumple una doble función: crea un mundo donde los individuos buscan constantemente del estado el permiso para vivir , y asegura el flujo continuo y explotador de los recursos humanos del país, el verdadero poder humano y el valor económico generado, hacia los libros contables de los gobiernos y los intereses multinacionales. su narrativa, con raíces profundamente incrustadas en los sistemas de gobierno, los códigos legales y la política internacional, intenta convencer a cada alma en la tierra de que provienen de una ficción política. es la conversión atea más grande del mundo: despojarnos de nuestra dignidad inherente y soberanía, y obligarnos a aceptar que nuestros derechos provienen de las decisiones arbitrarias de las instituciones del estado, en lugar de nuestro Creador. también dice una verdad incómoda: los apátridas (incluidos los pueblos indígenas, aborígenes, tribales y los pueblos cuyos países de origen ya no existen) no están a salvo... de los estados . después de todo, ¿quién está haciendo la vida tan inhóspita para los que no tienen papeles? ¿quién está violando y pasando por alto los derechos de los apátridas, que son esencialmente pacíficos y no piden nada a las entidades políticas que interfieren? ¡los estados-nación, por supuesto! en un clásico movimiento dialéctico hegeliano, los poderes corruptos han causado el problema: la negación de los derechos humanos básicos; han esperado la reacción de personas pacíficas a las que les han despojado su dignidad y humanidad; y luego han ofrecido la solución: nuestra nacionalidad te protegerá... ¿de nosotros hacerte eso de nuevo? he aquí la verdad: no estamos definidos por el estado. no estamos definidos por fronteras ni por los documentos que nos dan . somos hijos de la Fuente Única, creados con un propósito, dotados de derechos que siempre son nuestros para usar, y capaces de vivir en la plenitud de nuestra soberanía—en cualquier momento y en cualquier lugar. elegir el tearquismo: un acto de empoderamiento lo que necesitamos no es solo un rechazo al estado—necesitamos una elección consciente y empoderada de vivir como seres soberanos, libres del control de estructuras artificiales. necesitamos una filosofía reconocible de autodeterminación , donde los individuos no estén sujetos a los caprichos de los gobiernos o sistemas legales, sino que vivan en alineación con la Ley Divina que nos gobierna a todos. donde la anarquía habla de la ausencia de gobernantes, y la apatridia  habla de la ausencia de pertenencia política, el tearquismo  es otra opción. donde el teocracia se trata de reclamar un Derecho Divino para gobernar a otros (completo sinsentido), el tearquismo es una decisión de empoderamiento personal, de autodisciplina y vivir en alineación con la Ley Divina, y teosofismo se trata de una unión personal del ser con Lo Divino.. en esencia, ser un tearquista  es declarar que no necesitamos a otro hombre para gobernarnos, ni a un estado para darnos significado, ni una doctrina que nos domine. pertenecemos a La Fuente Única, somos co-creadores de esta realidad, y nuestros derechos son una parte natural e ineludible de quienes somos. al elegir el tearquismo , rechazamos la falsa autoridad del estado y las fronteras artificiales que impone. en teosofismo , recuperamos nuestra dignidad, nuestra libertad y nuestra conexión con lo divino. el tearquismo  es más que escapar de las cadenas del control estatal; es elegir con propósito una vida en la que estamos libres para vivir conforme a nuestra verdad más alta—donde no estamos sujetos a las políticas y códigos de los hombres, sino disciplinados por los principios eternos de la naturaleza y la ley divina. a diferencia de su doble de la ONU, la "apatridia", el tearquismo  no significa estar perdido o impotente. de hecho, es una declaración audaz de libertad; la elección de recuperar nuestra identidad divina, nuestra dignidad inherente y nuestros derechos. el tearquismo es rechazar la falsa autoridad de los gobiernos que afirman tener el derecho de definirnos y nuestro valor, a favor de vivir de acuerdo con nuestra verdad más alta. el poder de la unidad: "reuníos, los que habéis escapado de las naciones..." a primera vista, una persona que elige convertirse en un tearquista puede parecer insignificante. puede parecer una batalla insuperable—una sola voz enfrentándose al complejo industrial del estado-nación. pero cuando una persona habla la verdad, resuena. más que eso, le da a otras personas permiso para usar sus propios ojos, tomar sus propias decisiones empoderadas; y cuando más personas despiertan de esta manera, se crea una fuerza colectiva—un movimiento unificado—que tiene el poder de remodelar la sociedad. en el libro de Isaías, el Creador nos llama a "reuníos y venid; acercados juntos, los que habéis escapado de las naciones. no tienen conocimiento, los que colocan la madera de su imagen esculpida, y oran a un dios que no puede salvar." este versículo subraya un llamado divino al que todos podemos responder: separarnos de las fuerzas del mundo que nos oprimen y esclavizan, y levantarnos, estar juntos, libres de las fronteras artificiales que una vez nos dividieron. incluso cuando parece que la marea política está en nuestra contra, se nos recuerda que la Providencia Divina prevalece, y aquellos que buscan esclavizarnos generalmente estarán demasiado ocupados preocupándose por su bandera idólatra para notar nuestra soberanía reavivada. esto es lo que significa rechazar el estado-nación: salir de la ilusión de las fronteras, los sistemas y las legalidades que nos han impuesto y estar en nuestro verdadero poder de derecho divino y llamamiento. y cuando estemos completamente seguros de nuestro poder, formaremos una fuerza imparable, no sujeta a los constructos artificiales del estado-nación; siempre seremos más fuertes juntos cuando abrazamos nuestra verdad compartida. imagina miles de tearquistas, permaneciendo firmes juntos, diciendo: "no necesito que el estado me defina. nací libre, y viviré libre – no necesito permiso de nadie." cuando nos reunimos de esta manera, comenzamos a recuperar lo que siempre ha sido nuestro: la libertad de vivir como seres soberanos, sin obstáculos por parte del estado. al elegir el tearquismo, revolucionamos el concepto de derechos y traemos una sociedad que nuevamente está basada en el respeto mutuo, la dignidad individual y la libertad colectiva. llamada a la acción: permanecer juntos el emperador está desnudo, y la ilusión del estado-nación ha quedado expuesta. ahora, es hora de que tomemos nuestras camas y caminemos, para elevarnos por encima de las falsas promesas del estado y vivir por y para la verdad. somos capaces de elegir hoy, ser completos (soberanos) y "no pecar más" (seguir la Ley). "el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. contra tales cosas no hay ley." únete al movimiento. conviértete en un tearquista. rechaza las falsedades del estado-nación. comparte esta verdad con otros y avanza la visión de libertad con plataformas como ourparallel.world —un espacio donde podemos imaginar y construir nuestro futuro, a nuestra manera, juntos. colectivamente, somos un poder imparable—una fuerza por la libertad, la dignidad humana, y un nuevo mundo basado en los derechos que siempre hemos tenido y siempre tendremos.

choosing thearky: an empowered path to the parallel society? in the famous fable of the emperor’s new clothes, a ruler is enamored with his status, and the finery of dress it affords him. in his desperate vanity, he falls for the tricks of deceitful swindlers who claim to make him exquisite clothes of the finest materials and most illustrious colors. they say that because of the special thread, the cloth is magical - and anyone who is either unfit for his position, or unusually stupid is unable to see it. not wanting to appear unfit or stupid, the king approves of its nonexistent magnificence, and everyone in the kingdom, also not wanting to appear unfit or stupid, also pretends to see the emperor’s fine attire—until one brave child, with innocent clarity, exclaims, “but he hasn’t got anything on!” and just like that, a joint delusion is shattered. the emperor's clothes, like many of the institutions and systems attempting to govern our lives today, are not just unofficial or improper – they’re not even real. they’re societal constructs, as are their apparent necessity within our everyday lives. like transparent robes, the systems that seem to bind us—the state, citizenship, borders, bureaucracies—are not self-evident truths, and are certainly not representations of freedom; but rather elaborate structural behemoths designed to control and limit our inherent sovereignty. just as the emperor and all the kingdom believed in the magic of the fabric, the nation-state and the concept of citizenship can seem like an undeniable truth to those who are conditioned to accept it. we are told from birth that we come from a state, submit to its laws, and “prove” our existence through its papers, cards, and registries. but the obvious truth is: we already exist, documents or no documents. we already have rights granted by our Creator. inherent and unalienable – they are universal and belong to us simply because we exist. over the centuries, the nation-state system has obfuscated this truth, convincing us that we must be subjected to their definitions of worth and freedom alone. and by accepting their citizen privileges at birth and maturity, what we’ve unwittingly done is agree not to use our natural rights in favor of “citizen rights” - which can be denied by the issuing state at will. these so-called “rights” are advertised by politicians (swindlers) as magnificent, exquisite, first-class finery (magic robes). they make a great, big show of weaving the garment of personhood, get approval from all the most regal and official titles of the day (doctors, lawyers, etc), and remind everyone: if you don’t acknowledge it as real, that of itself proves you’re unworthy and stupid (conspiracy theorist). but never forget - they strip you of your actual clothes before putting on the "magic" robes. what are rights, and where do they come from? rights are not benefits granted by governments, legal systems, or any of the documents they pen. hold on, i love etymology. can we examine the language for a moment? what is a pen? why is it mightier than a sword? what else are pens for? restricting the freedoms of animals? what is spell-ing? why is it called that? is our choice of words powerful? what is curse-ive? who are we cursing, and why? docu-ment is a two-part latin rooted word meaning “to take and accept into your mind”. document that for a second. juris-diction is a two-part latin rooted word meaning “correct word choice” – do our words matter? person comes from persona , a latin rooted word meaning “mask, false face or assumed character.” is that you? our true rights—our right to life, to freedom, to dignity, to self-determination, etc—are embedded within us from the moment of our fertilization. these are inherent, in-alien-able, un-a-lien-able, and cannot be granted or taken away by the state. very simply put, rights are not wrongs. there are three basic wrongs: 1. injury (breach of contract), 2. loss (stealing), and 3. harm (physical violence). that is the essence of Divine Law. if you are not stealing from, defrauding or hurting another living being, you are fully within your rights. one example of a recent enshrinement in international law of the prepolitical existence of these rights is the universal declaration of human rights (udhr). this document states unequivocally that everyone is born free and equal in dignity and rights—not because of a legal status, nationality or other political orientation (or even because of the udhr), but because we are created beings, endowed with rights and reason, and “should” treat one another in a spirit of brotherhood. how ironic that the very institutions who seek to corrupt our biological rights with political privileges are also the ones proudly proclaiming the divine nature of those rights they endlessly try to undermine. in this way, over the centuries, governments have managed to convince us that we must subject ourselves to their systems, their definitions of “rights”, “law” and, therefore, what is “possible”. politicians have hoodwinked us into believing, not only that the “rights” they offer are the best option for us, but over time have actually persuaded most of us that there is no other option – at least, not a viable one. that somehow, without them, we would either cease to exist, or be trapped forever in a barren wasteland, with no “access” to rights, healthcare, education, work or protections of any kind. in their reality of legal fiction, this experience is called: statelessness. statelessness: a brief overview officially, statelessness is defined as the condition of a person who is not recognized as a national by any state. in other words, a stateless person has no country to call their own, no legal framework that claims them as part of its system. statelessness, in the eyes of the international community, is not just a problem, it’s a fundamental human rights violation that must be “solved”. this means that in the eyes of the United Nations, “...nationality is essential for the protection of human rights. the denial of nationality results in an individual’s exclusion from full participation in society." (UN convention on the reduction of statelessness 1961) this is dubiously reminiscent of the Papal Bull Unam Sanctum, issued by   Pope Boniface VIII in 1302, which proudly proclaimed "...it is absolutely necessary for salvation that every human creature be subject to the Roman Pontiff." the prevailing narrative insists, be it in 1300 under the Roman Empire, or the various nation-states existing in 2025, that failing to be recognized by a system of man is something that causes individuals to be vulnerable, unprotected, and excluded from basic rights and freedoms. governments and institutions work tirelessly to eliminate statelessness, positioning themselves as the saviors of the paperless, offering citizenship as a means of “safety” and “belonging.” but let’s pause and consider: what is the true essence of this narrative? at its core, the narrative around statelessness in the international community is a carefully constructed illusion—one that reinforces the idea that our existence, our rights, and our very identity must be validated by the state. it’s an ideology that encourages us to believe that we are nothing without the approval of a political system. in doing so, it serves a dual purpose: it creates a world where individuals are constantly looking to the state for permission to live , and it ensures the continuous, exploitative flow of the country’s human resources , the actual man-power and generated economic value into the bank ledgers of governments and multinational interests. their narrative, with its roots deeply embedded in the systems of government, legal codes, and international politics, attempts to convince every soul on earth that they came from a political fiction. it is the ultimate atheistic conversion of the world: stripping away our inherent dignity and sovereignty, and forcing us to accept that our rights are derived from the arbitrary decisions of state institutions, rather than from our Creator. it also tells an inconvenient truth: the stateless (including indigenous, aboriginal, tribal peoples and peoples whose home countries no longer exist) are not safe... from states . after all, who is making life so inhospitable for the paperless? who is it consistently violating and ignoring the rights of stateless people, who are essentially peaceful and not asking for anything from interfering political entities? the nation-states of course! in a classic hegelian dialectic move, the corrupted powers have caused the problem: dismissal of basic human rights; waited for the reaction of peaceful people having their dignity and humanity stripped from them; then offered the solution: our nationality will protect you… from us doing that to you again? here’s the truth: we are not defined by the state. we are not defined by borders or by the documents they give us. we are children of Source, created with a purpose, endowed with rights that are always ours to use, and capable of living in the fullness of our sovereignty – anytime and anywhere. choosing thearky: an act of empowerment what we need is not just a rejection of the state—we need a conscious, empowered choice to live as sovereign beings, free from the control of artificial structures. we need a recognizable philosophy of self-determination , where individuals are not subject to the whims of governments or legal systems, but live in alignment with the Divine Law that governs us all. where anarchy speaks of the absence of rulers, and statelessness speaks of an absence of political belonging, thearky is another choice. when “thearchy” and “theocracy” are about claiming a Divine Right to rule others (complete nonsense), “ thearky ” is a decision of personal empowerment, to self-discipline and live in alignment with Divine Law, and “ theocrasy ” is about a personal union of the self with the Divine. in essence, to be a thearkist is to declare that we are not in need of another man to govern us, nor a state to give us meaning, nor a doctrine to rule us. we belong to the One Source, are co-creators of this reality, and our rights are a natural, inescapable part of who we are. in choosing thearky , we reject the false authority of the state and the artificial boundaries it imposes. in theocrasy we reclaim our dignity, our freedom, and our connection to the Divine. thearky is about more than just escaping the chains of state control; it is about purposefully choosing a life where we are free to live in accordance with our highest truth—where we are not bound by policies and codes of man, but disciplined by the eternal principles of nature and Divine Law. unlike it’s UN doppelgänger “statelessness”, thearkism does not mean being lost or powerless. in fact, it is a bold declaration of freedom; the choice to reclaim our divine identity, our inherent dignity, and our rights. thearky is about rejecting the false authority of governments that claim the right to define us and our worth, in favor of living according to our highest truth. the power of unity: "come together, ye who are escaped of the nations..." at a first glance, one individual choosing to become a thearkist might seem insignificant. it might seem like an insurmountable battle—a single voice standing against the nation-state industrial complex. but when one person speaks truth, it resonates. more than that, it gives other people permission to use their own eyes, make their own empowered choices - and when more people awaken this way, it creates a collective force—a unified movement—that has the power to reshape society. in the book of Isaiah, the Creator calls us to “assemble yourselves and come; draw near together, ye who are escaped from the nations. they have no knowledge, that set up the wood of their graven image, and pray unto a god that cannot save.” this verse underscores a divine calling we all can heed: to separate from the forces of the world that oppress and enslave us, and to rise, to stand together, free from the artificial boundaries that once divided us. even when it seems that the political tide is against us, we are reminded that the Divine Providence prevails, and those who seek to enslave us will usually be too busy worrying about their idolatrous flag to take notice of our reawakened sovereignty. this is what it means to reject the nation-state: to come out of the illusion of borders, systems, and legalities that have been imposed upon us and stand in our true power of Divine right and calling. and when we are fully confident in our power, we form an unstoppable force not bound by the artificial constructs of the nation-state; we are always stronger together when we embrace our shared truth. imagine thousands of thearkists, standing strong together, saying: “i do not need the state to define me. i was born free, and i will live free – i do not require permission from anyone.” when we come together in this way, we begin to reclaim what has always been ours: the freedom to live as sovereign beings, unimpeded by coercion from the state. by choosing thearky, we revolutionize the concept of rights and bring forth a society that is once again based on mutual respect, individual dignity, and collective freedom. call to action: stand together the emperor is naked, and the illusion of the nation-state has been exposed. now, it is time for us to take up our beds and walk, to rise above the state’s false promises and live by and for the truth. we are capable of choosing today, to be whole (sovereign) and “sin no more” (follow the Law). “the fruit of the spirit is: love, joy, peace, patience, kindness, goodness, gentlness, faithfulness, self-control. for such, there is no law.” join the movement. become a thearkist. reject the falsehoods of the nation-state. share this truth with others and progress the vision of freedom with platforms like ourparallel.world —a space where we can imagine and build our future, on our terms, together. collectively, we are an unstoppable power—a force for freedom, for human dignity, and for a new world based on the rights we’ve always had and always will.

en un mundo donde la duda y la deferencia a la “autoridad” son la norma, es fácil sentir que no somos los indicados para el trabajo. pensamos que nos falta la incalculable, pero obviamente “necesaria” cantidad de conocimiento, experiencia o certificación para contribuir de manera significativa a una causa. a menudo escuchamos los mensajes de la sociedad, los medios y otras llamadas “figuras de autoridad” que refuerzan nuestras deficiencias percibidas: necesitas más títulos, más dinero, más validación de tus pares para hacer una diferencia. estos mensajes se incrustan tan profundamente que se convierten en parte de nuestra narrativa interna, haciéndonos sentir no calificados o demasiado insignificantes para hacer algo por los demás, incluso cosas que hacemos cómodamente y con confianza por nosotros mismos. la verdad es que no necesitamos ser perfectos para ser útiles. de hecho, nadie que haya hecho una diferencia significativa en este mundo ha sido “perfecto”. la perfección es un mito diseñado para mantenernos atados a estándares externos que no definen verdaderamente nuestro valor o potencial. entonces, ¿qué es lo que realmente nos detiene de entrar en nuestro poder y contribución? las raíces de la duda: inteligencia emocional y presión social en el fondo del problema hay una mezcla de fuerzas emocionales y sociales—propaganda, narrativas dominantes y traumas personales—que nos hacen sentir impotentes. desde niños, se nos enseña a mirar a las figuras de autoridad externas para validación (y a menudo recibimos desdén o invalidación en su lugar), y a medir nuestro valor según lo que otros piensen de nosotros, las calificaciones que nos den, los títulos que nos otorguen. estas prácticas se vuelven tan rutinarias que se interiorizan profundamente, especialmente en un mundo que prospera a base de la comparación y la competencia, donde el éxito se mide con frecuencia por marcas externas como títulos, grados o riqueza material. esta presión social y el condicionamiento mental hacen que muchos se sientan insignificantes o indignos en su núcleo, y esta creencia subconsciente puede manifestarse en la vida diaria. las experiencias que hemos enfrentado—ya sea un fracaso percibido, rechazo abierto o simplemente ser pasados por alto—pueden agravar estos sentimientos. comenzamos a creer que somos “demasiado pequeños” para hacer un impacto, que nuestros dones son demasiado ordinarios, o que no somos lo suficientemente competentes en ellos para ayudar a otros. pero aquí está la verdad: estás completamente capacitado para servir a tus hermanos y hermanas con honor. recordando a tu creador: soberanía y propósito en el nivel más profundo, tu valor proviene de algo mucho más profundo que cualquier cosa que la sociedad o sus estructuras puedan ofrecer. fuiste creado con un propósito. tus derechos, tu soberanía y tu llamado provienen de algo más grande que las narrativas de poder y control que nos imponen. este es un cambio radical de perspectiva que puede ayudarte a liberarte de las cadenas de la validación externa y reclamar tu verdadero poder. vivimos en un mundo que a menudo despoja a las personas de su soberanía alimentándolas con mentiras sobre quiénes son y de qué son capaces. pero la verdad es que tu autoridad proviene de tu interior—de tu Creador que te diseñó con propósito. ningún poder externo o sistema puede quitarte eso realmente, solo engañarte para hacerte creer que lo hizo. la fuerza y la sabiduría necesarias para cumplir tu llamado no siempre se manifiestan de inmediato—por lo general, una buena parte viene a lo largo del viaje. así que la pregunta no es si tienes suficiente autoridad, sino si darás un paso adelante para comenzar a usarla. las prácticas diarias de la soberanía reclamar tu soberanía requiere más y menos que un cambio de paradigma; exige una práctica diaria e intencional. estas prácticas pueden verse de manera diferente para cada uno, pero todas comienzan con las mismas acciones fundamentales: autoconocimiento : entiende tus fortalezas, tus debilidades y, lo más importante, tus dones. tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que naturalmente traes al mundo y cómo eso puede servir a los demás. sé honesto tanto contigo mismo como con los demás cuando entregues estos talentos; preséntate auténticamente y actúa de buena fe; ¿quién podría pedir algo más? coraje : desafía las creencias limitantes inculcadas por el entorno que te formó. recuérdate a ti mismo a diario que no necesitas la licencia ni el permiso de nadie para actuar de acuerdo con tu propósito. comienza con pequeños pasos—quizás ofreciendo una mano amiga a un vecino o compartiendo tus habilidades en un proyecto comunitario. servicio : el paradigma que abarca la sociedad paralela se basa en la idea de apoyo mutuo y contribución. no estás solo en tu viaje, y la fuerza colectiva de la comunidad se construye sobre la voluntad de cada individuo de dar lo que puede, cuando puede. ya sea que veas tu contribución como grande o pequeña, importa. no esperes permiso—comienza ahora, con la oportunidad que se te presente. el simple acto de presentarse marca la diferencia. amor propio y compasión : el trabajo de reclamar nuestra soberanía requiere bondad hacia nosotros mismos. no tendrás todas las respuestas, y está bien. no dejes que el miedo a la imperfección te detenga. nuestro viaje es sobre el progreso, no la perfección—y estamos aquí para apoyarnos mutuamente en la renovación del ser, de la comunidad; en realidad, de vivir en la tierra. entrando en tu poder: el llamado a la acción este es el punto de inflexión. tienes el poder, la soberanía y el propósito dentro de ti. la pregunta ahora es: ¿elegirás pararte en él? ¿ofrecerás tus dones, tus habilidades, tus fortalezas a la comunidad, sabiendo que tu contribución es parte de un movimiento más grande? el mundo que estamos construyendo—nuestro mundo paralelo—que prospera en la conexión, la colaboración y el respeto mutuo—necesita lo que solo tú puedes ofrecer. no esperes permiso. no esperes que alguien más te “califique”. empieza donde estás, con lo que tienes. cada pequeño acto de servicio, cada don compartido, suma a la fuerza colectiva de este nuevo mundo, y te estamos infinitamente agradecidos. conclusión: soberano, significativo y llamado recuerda, no estás vivo ahora por accidente . tu vida, tus experiencias, tus fortalezas son parte de un propósito más grande. la soberanía que posees es un regalo—uno que ninguna fuerza externa puede quitarte. mientras das el paso hacia tu rol dentro de la sociedad paralela, no necesitas esperar validación externa ni que alguien te diga que estás “listo”. eres suficiente —y siempre lo has sido. entonces, ¿qué te detiene? da el primer paso. ofrece lo que tienes. y recuerda: no necesitamos perfección. necesitamos tu presencia única y esencial. los calificados no son llamados. los llamados son calificados. da un paso hacia to poder. //

in a world where self-doubt and deferring to “authority” is the norm, it’s easy to feel like we’re not the right one for the job. we think we lack the incalculable, but obviously “necessary” amount of knowledge, experience, or certification to contribute meaningfully to a cause. we often hear the messages from society, media, and other so-called “authority figures” that reinforce our learned, perceived inadequacies: you need more degrees, more money, more peer validation to make a difference. these messages can embed themselves so deeply that they become part of our internal narrative, making us feel unqualified or too insignificant to do anything for others, even things we are comfortable and confident doing for ourselves. the truth is, we don’t need to be perfect to be helpful. in fact, no one who has ever made even a profound impact in this world has been “perfect.” perfection is a myth designed to keep us bound by external standards that don’t truly define our worth or potential. so, what is it that really holds us back from stepping into our power and contribution? the roots of doubt: emotional intelligence and social pressure at the heart of the problem is a mix of emotional and social forces—propaganda, mainstream narratives, and personal trauma—that make us feel powerless. from childhood, we are taught to look to external authority figures for validation (and often receive dismissal or outright invalidation instead), and to measure our worth based on what others think of us, the scores they give us, the credentials they bestow. these practices are so routine that they become deeply ingrained - especially in a world that thrives on comparison and competition, where success is often measured by external markers like titles, degrees, or material wealth. this social pressure and mental conditioning cause many to feel insignificant or unworthy at their very core , and this subconscious belief can manifest in daily life. the experiences we’ve faced—whether it’s perceived failure, outright rejection, or simply being overlooked—can compound these feelings. we start to believe that we are “too small” to make an impact, that our gifts are too ordinary, or that we aren’t proficient enough in them to help others. but here’s the truth: you are fully empowered to serve your brothers and sisters in honor. remembering your creator: sovereignty and purpose at the deepest level, your value comes from something far more profound than anything society or its structures can offer. you were created with purpose .  your rights, your sovereignty, and your calling come from something higher than the narratives of power and control that are forced upon us. this is a radical shift in perspective that can help you break free from the chains of external validation and reclaim your true power. we live in a world that often strips people of their sovereignty by feeding them lies about who they are and what they are capable of. but the truth is that your authority comes from within—from your Creator who designed you for a reason . no external power or system can truly take that away – only trick you into thinking you did. the strength and wisdom needed to fulfill your calling is not always fully manifest at the outset – usually a good portion comes along the journey. so the question is not whether you have enough authority, but whether you will step forward to begin using it. the daily practices of sovereignty reclaiming your sovereignty requires more and less than a paradigmatic shift; it demands daily, intentional practice. these practices may look different for everyone, but they all start with the same fundamental actions: self-awareness:   understand your strengths, your weaknesses, and most importantly, your gifts. take time to reflect on what you naturally bring to the world and how that can serve others. be honest with both yourself and others when delivering these talents; present yourself authentically and engage in good faith; who could ask anything more? courage:   challenge the limiting beliefs instilled by the environment that produced you. remind yourself daily that you do not need anyone's license or permission to act in alignment with your purpose. start with small steps—perhaps offering a helping hand to a neighbor or sharing your skills in a community project. service:   the paradigm encompassing parallel society is grounded in the idea of mutual support and contribution. you are not alone in your journey, and the collective strength of the community is built on the willingness of each individual to give what they can, when they are able. whether you view your contribution as big or small, it matters . don’t wait for permission —start now, with whatever opportunity is presenting itself. the simple act of showing up makes all the difference. self-love and compassion:  the work of reclaiming our sovereignty requires kindness towards ourselves. you won’t have all the answers, and that’s okay. don’t let fear of imperfection hold you back. our journey is about progress, not perfection – and we’re all here to support each other in the renewal of self, of community; indeed, of living in Earth. stepping into your power: the call to action this is the turning point. you have the power, the sovereignty, and the purpose within you. the question now is: will you choose to stand in it? will you offer your gifts, your skills, your strengths to the collective, knowing that your contribution is part of a larger movement? the world we are building—our parallel world – that thrives on connection, collaboration, and mutual respect—needs what only you can offer. don’t wait for permission. don’t wait for anyone else to “qualify” you. start where you are, with what you have. every small act of service, every gift shared, adds to the collective strength of this new world, and we are endlessly grateful for you. sovereign, significant, and called remember, you are not alive now by accident .  your life, your experiences, your strengths are part of a greater purpose. the sovereignty you hold is a gift—one that no external force can take away. as you step into your role within the parallel society, you don’t need to wait for external validation or someone to tell you you’re “ready.” you are enough  – and you always have been. so, what’s holding you back? take the first step. offer what you have. and remember: we don’t need perfection. we need your unique and essential presence. the qualified aren’t called. the called are qualified. step into your power. //

“...turn it around, flip the script: judge slow, love quick...” there was a time when respect didn’t seem like a radical act. it was something simple, natural, the way we greeted each other with a smile, helped without hesitation, or simply lent a listening ear. but somewhere along the way, these common acts of community became an anomaly - something rare enough that we can boast about committing “random acts of kindness”. we’ve not only normalized anger, fear, and division to the point where they no longer shock us, we’ve voraciously increased our appetites for them, and by the nature of doing so, have explored the furthest extremes they have to offer. resentment, intolerance, and hard-heartedness seem to proliferate in everyday modern life, leaving us cold, numb and expecting explosive aggression at every turn - and every post online. this negativity has become so enmeshed in daily conversation, media and politics, that it no longer even raises eyebrows – it’s a matter of course. it’s easy to blame the systems around us—the media, the politicians, the algorithms—that thrive on stirring up conflict. but we can’t ignore the way we’ve all allowed these patterns to take root within ourselves, and the ways in which we actually perpetuate them. every time I choose indifference over engagement, apathy over action,  me over  we , I contribute to the further erosion of the very values that could bring us back together, the values most or all of us do still hold deep in our hearts. yet, there’s power in kindness. it may seem small, but its ripple effect is massive. every time we choose empathy over judgment, generosity over greed, curiosity over anger, we invalidate the idea that apathy reigns and we re-build bridges to connection and community, co-creating a shared space for healing, reconciliation and the welcoming of voluntary contribution. it’s not about ignoring the real struggles, the very real hate that exists in the world. it’s about choosing to resist it—not with more hate, but with a defiant act of love. we’ve known for ages that we can’t fight fire with fire – and yet, one only need scroll for a second or two to acknowledge that social relations have become a race to the bottom; a hedonistic competition to highlight the ugliest, most violent and hateful contributions society has to offer. kindness is a revolutionary act because it challenges everything the world tells us is necessary in our modern lives. in a time where every click, every word, every image is meant to divide (and therefore conquer), the simplest acts of compassion become subversive, rebellious, even transformative. so, what happens when we start seeing kindness not as the exception, but as the norm? what if, instead of waiting for others to act, we start small—right where we are? imagine this: every day, we consciously choose kindness in three simple ways. first, we engage —when someone disagrees with us, we don’t retreat into silence or anger; we listen, truly listen. second, we serve —whether it's a smile to a stranger, a compliment to a coworker, or offering help to someone in need, we make intentional acts of kindness a habit. third, we forgive —we let go of grudges, releasing ourselves from the bitterness that clouds our hearts. these are small actions, but they have a far-reaching effect on our individual consciousnesses, and lay the foundation work for a more kind society. this is the revolution we can start today . the power to transform the world isn’t just in grand gestures. it’s in the choices we make when no one is looking. so here’s your first step: today, choose one act of kindness—something simple but intentional. when someone cuts you off in traffic, instead of reacting in anger, take a deep breath and let it go – maybe they’re rushing to the hospital. when you see someone struggling, offer a hand. when you encounter disagreement, stop yourself from judging and listen with an open heart, really understanding their perspective and experience. then, tomorrow, do it again. and the next day. keep showing up with kindness until it becomes the new normal in every interaction. every act counts. the revolution starts with you, right now with this article. ready to make kindness your default? //

“… dale la vuelta, cambia el guion: juzga lento, ama rápido…” hubo un tiempo en que el respeto no parecía un acto radical. era algo sencillo, natural, la forma en que nos saludábamos con una sonrisa, ayudábamos sin dudarlo o simplemente prestábamos un oído atento. pero en algún momento, estos actos comunes de comunidad se convirtieron en una anomalía, algo tan raro que nos jactamos de cometer “actos aleatorios de bondad”. no solo hemos normalizado la ira, el miedo y la división hasta el punto en que ya no nos sorprenden, sino que hemos aumentado vorazmente nuestro apetito por ellos, y al hacerlo, hemos explorado los extremos más lejanos que tienen para ofrecer. el resentimiento, la intolerancia y la insensibilidad parecen proliferar en la vida cotidiana moderna, dejándonos fríos, entumecidos y esperando una agresión explosiva en cada giro —y en cada publicación en línea. esta negatividad se ha entrelazado tanto con la conversación diaria, los medios y la política, que ya ni siquiera levanta cejas: es lo esperado. es fácil culpar a los sistemas que nos rodean—los medios, los políticos, los algoritmos—que prosperan al generar conflictos. pero no podemos ignorar la forma en que hemos permitido que estos patrones echen raíces en nosotros mismos y las maneras en que realmente los perpetuamos. cada vez que elijo la indiferencia sobre el compromiso, la apatía sobre la acción, el “yo” sobre el “nosotros,” contribuyo a la erosión de los mismos valores que podrían volver a unirnos, valores que la mayoría o todos todavía albergamos en lo profundo de nuestros corazones. sin embargo, hay poder en la amabilidad. puede parecer pequeño, pero su efecto dominó es inmenso. cada vez que elegimos la empatía sobre el juicio, la generosidad sobre la avaricia, la curiosidad sobre el enojo, invalidamos la idea de que la apatía prevalece y reconstruimos puentes hacia la conexión y la comunidad, co-creando un espacio compartido para la sanación, la reconciliación y la bienvenida a la contribución voluntaria. no se trata de ignorar las luchas reales, el odio muy real que existe en el mundo. se trata de elegir resistirlo, no con más odio, sino con un acto desafiante de amor. sabemos desde hace mucho que no se puede combatir fuego con fuego—y sin embargo, basta con desplazarse unos segundos para darse cuenta de que las relaciones sociales se han convertido en una carrera hacia el fondo; una competencia hedonista por destacar las contribuciones más feas, violentas y odiosas que la sociedad tiene para ofrecer. la amabilidad es un acto revolucionario porque desafía todo lo que el mundo nos dice que es necesario en nuestras vidas modernas. en una época en la que cada clic, cada palabra, cada imagen está diseñada para dividir (y, por lo tanto, conquistar), los actos más simples de compasión se vuelven subversivos, rebeldes e incluso transformadores. entonces, ¿qué sucede cuando empezamos a ver la amabilidad no como la excepción, sino como la norma? ¿qué tal si, en lugar de esperar a que otros actúen, comenzamos de a poco—justo donde estamos? imagina esto: cada día, elegimos conscientemente la amabilidad en tres maneras simples. primero, nos comprometemos—cuando alguien no está de acuerdo con nosotros, no nos retiramos en silencio ni con enojo; escuchamos, verdaderamente escuchamos. segundo, servimos—ya sea con una sonrisa a un extraño, un cumplido a un compañero de trabajo o ayudando a alguien que lo necesita, hacemos de los actos intencionales de bondad un hábito. tercero, perdonamos—dejamos ir los rencores, liberándonos de la amargura que nubla nuestros corazones. estas son acciones pequeñas, pero tienen un efecto de largo alcance en nuestra conciencia individual y sientan las bases para una sociedad más amable. esta es la revolución que podemos comenzar hoy. el poder de transformar el mundo no reside solo en grandes gestos. está en las decisiones que tomamos cuando nadie está mirando. así que aquí está tu primer paso: hoy, elige un acto de bondad—algo simple pero intencional. cuando alguien te corte el paso en el tráfico, en lugar de reaccionar con enojo, respira profundo y déjalo pasar—tal vez están corriendo al hospital. cuando veas a alguien luchando, ofrece tu ayuda. cuando encuentres desacuerdo, detente antes de juzgar y escucha con un corazón abierto, realmente entendiendo su perspectiva y experiencia. luego, mañana, hazlo de nuevo. y al día siguiente. sigue mostrando amabilidad hasta que se convierta en la nueva normalidad en cada interacción. cada acto cuenta. la revolución comienza contigo, aquí y ahora con este artículo. ¿listo para hacer de la amabilidad tu norma predeterminada? //

en nuestro mundo moderno, existe una idea profundamente arraigada de que “nuestro salvador está por venir, solo aguanta y ten fe”. no hablo espiritualmente, sino en términos de salvadores políticos. parece haber una idea de que “si tal o cual político fuera elegido, haría tal o cual cosa y todo sería mucho mejor”. bueno, pongámonos reales por un segundo. se ha reconocido y probado desde hace más de una década que la voluntad independiente del ciudadano promedio tiene un efecto neto estadísticamente insignificante, “casi nulo”, sobre el resultado de las elecciones, lo cual es evidencia de la influencia del cabildeo corporativo y otras pruebas de la relación sexual entre el estado y el mercado. así que, aunque algún (hombre o mujer) pudiera salvarte, claramente (él o ella) no sería producto de, ni cómplice de, tan groso ritualismo ideológico. dado esta condenatoria admisión política, la idea de que cualquier individuo o grupo de individuos, independientemente de sus intenciones, altere las fuerzas sistémicas en juego es claramente un concepto manufacturado, un engaño de proporciones épicas, diseñado para mantener incluso al ciudadano más escéptico regresando a las urnas, o al menos a las noticias, cada año electoral. este intrincado juego de intereses financieros, influencias corporativas y marcos institucionales sistémicos que impulsan el comportamiento de los votantes deja claro que los desafíos que enfrenta la sociedad requieren un enfoque más matizado y colectivo que simplemente presionar un botón y recibir una pegatina. la verdad es que, dentro de cada individuo, yace el potencial inherente para una profunda elevación de la conciencia, un viaje transformador que nos permite cultivar un profundo sentido de apreciación por los demás y el mundo que nos rodea. al conectar con este estado elevado de conciencia, somos capaces de percibir la vida tal como fue originalmente pensada: un tapiz significativo y sofisticado de momentos interconectados, lleno de belleza y asombro. y es dentro de este estado elevado de ser que desbloqueamos la capacidad de manifestar una nueva realidad en nuestras vidas diarias. a través de actos aleatorios e intencionales de bondad, compasión y conexión genuina, podemos aprovechar esta oportunidad para vivir de manera auténtica y con propósito, y juntos cultivar el ambiente en el que los milagros no solo son una rara ocurrencia, sino una parte natural y abundante de nuestra propia existencia. el mayor secreto de todos es nuestro poder. no el tipo de poder que el dinero puede comprar. no el tipo de poder que se obtiene a expensas de otro. el poder de la voluntad que es el don de cada uno de nosotros en el momento de la creación. este poder está provisto y respaldado por la Ley Divina, directamente y específicamente opuesta a esos “derechos legales” asignados a los ciudadanos como beneficios y deberes de un gobierno legal, respaldado por la ley legal. es por eso que debemos ser mantenidos perpetuamente: esclavizados indoctrinados abusados adictos divididos distraídos enfurecidos seducidos adormecidos roto. porque cuando no lo estamos, no hay límite conocido para el logro humano y la conexión divina que se puede experimentar. así que, cuando pienso en //sociedad, tengo esperanza. cuando pienso en el futuro, tengo esperanza. ¿y tú?

¿cansado del mundo al revés, aplastante para el alma, que parece sacado de un circo? ¿harto de sentir que ninguna buena acción queda sin castigo? ¿te preguntas por qué el país está en decadencia, por qué votar no funciona y por qué nadie hace algo al respecto? deja de preguntarte. empieza a compartir. muchas personas están despertando a la artificialidad e insostenibilidad de la sociedad moderna y sus supuestas realidades ineludibles del complejo estado-mercado. sé que tú también, por eso estás leyendo esto. sé que ya conoces otros esfuerzos paralelos: las comunidades intencionales, los mercados locales privados, las monedas alternativas y la contraeconomía, los colectivos de educación en el hogar... ya hay tantos establecidos. paralelo es la unificación de esta red armonizada, la infraestructura de apoyo no jerárquica sobre la cual descansa nuestra sociedad completamente libre y voluntaria. somos un grupo de individuos afines, iniciativas y cooperativas, convencidos en el objetivo común de unificar lateralmente estos sistemas paralelos en una red cohesiva y estructurada. nos unimos con un propósito compartido: profundizar en los problemas que afectan a la sociedad y buscar activamente soluciones prácticas. nuestra misión no es solo señalar problemas, sino también idear y activar estrategias del mundo real que puedan generar un cambio tangible, mientras estudiamos las técnicas que han materializado ese cambio en el pasado. creemos en el poder de la acción individual y colectiva para marcar la diferencia donde realmente importa. nuestro enfoque está en pasos accionables que podemos tomar hoy, no en esperar que el cambio sistémico ocurra por sí solo. al cambiar nuestra propia mentalidad y comportamientos, aspiramos a cambiar paradigmas y crear un efecto dominó que impacte positivamente el mundo que compartimos. entendemos que la verdadera transformación comienza desde dentro y estamos comprometidos a ser el cambio que queremos ver en el mundo, tanto para nosotros mismos hoy como para las generaciones futuras. no somos solo un grupo peculiar de rebeldes eclécticos: somos una comunidad, una red de individuos soberanos y disciplinados dedicados a compartir nuestros dones sin regulación ni burocracia. nuestra misión es clara y poderosa: hacer que el gobierno sea irrelevante de nuevo. organizar nuestras vidas en común para que esos sistemas que buscan despojar nuestra libertad, energía y tiempo se vuelvan completamente obsoletos al reemplazar sus supuestos "derechos/beneficios" con infraestructura apoyada por la comunidad. juntos constituimos //society, un tremendo poder de bien colectivo en un mundo que a menudo parece caótico e incierto. bienvenido a un lugar donde el diálogo conduce a la acción, y donde cada voz tiene el potencial de inspirar un cambio significativo. durante las discusiones grupales, puedes anticipar conversaciones profundas que aborden el núcleo de los problemas que impactan tu vida diaria. el ambiente es de apertura e inclusión, donde cada idea y contribución no solo es bienvenida, sino celebrada. este entorno fomenta una creatividad multifacética; las ideas fluyen libremente y la innovación prospera sin restricciones burocráticas o jerárquicas. reconocemos que cada voz aporta una perspectiva única y buscamos fomentar un intercambio dinámico de conceptos e ideas, donde la conexión y la colaboración florezcan y los individuos se sientan animados a expresar sus opiniones sin juicios ni censura. ¿cuál es la funcionalidad, el propósito, la visión final de esta visión amplia, ambigua y de futuro? todos recordamos 2020. ¿recuerdas cuando un gran número de tiendas, restaurantes y otros servicios públicos permanecieron abiertos y permitieron respirar libremente sin restricciones, y las personas se empoderaron para reunirse y asociarse libremente de todas formas? ¿recuerdas cuando tomamos la decisión colectiva y empoderada de dejar de comprar en Amazon y Walmart, de forma permanente, porque sabíamos que podíamos satisfacer nuestras propias necesidades en comunidad? claro que no, porque entonces, paralelo no era una visión unificada. ya no tenemos esa excusa. estamos aquí, somos fuertes, y nos estamos extendiendo como un incendio forestal. ¿puedes sentir el calor? esperamos conocerte, escuchar tu historia y apoyar tu integración en nuestro futuro colectivo. ~nos vemos pronto~

el siguiente es un poema que surgió el día de acción de gracias de 2022. su propósito es ayudar a recordar a las personas qué son los derechos, y qué no lo son. los derechos a menudo se malentienden, asamos esa palabra sin que entiendan... pues los derechos no dependende documentos ni de quien gobierne, sino que, en nuestros corazones viven, más parte de nosotros que sangre en vena, y nadie, por su título elevado, puede detenernos en nuestro camino sagrado. todos llevamos un poder divino, respetado por la ley, si insistimos, nos enseñan que nacemos de Nación, pero somos creados por la Fuente, con razón. nos enseñan que somos "residentes", cuando la Tierra es nuestro hogar, lo sientes. nos enseñan a ser con documentos, somos "ciudadanos", ellos son "presidentes", se creen poderosos, pero nos dividen, haciéndonos envidiosos. nos enseñan que si competimos, podríamos ser Elites, alcanzando destinos, pero sus beneficios nos arrastran al olvido. convencidos de su poder, ante su duelo en realidad, su poder solo es aparente pues lo tienen porque lo dejamos demente. los derechos reales son reglas sencillas, se juegan por la libertad, no por vanas brillas, sin hacerle daño a otro, ni a su ser, y no es necesario alarmarse, lo puedes ver: ¿eso es todo? sin libros de ley encantados, sin códigos pesados ni quejas a la mano, solo recuerda la Regla de Oro, hermano: haz a los demás como te gustaría, y en esa simple regla, la paz se anidaría. y si piensas que es un sueño irreal, revisa Gálatas 5:18, tal y te será vital. no confundas tus derechos con el beneficio, de las corporaciones y su oficio, aunque lo llamen igual, es distinto, pues nos harán sufrir, te lo advierto, es distinto. porque sus "derechos" vienen con "deberes", como licencias, impuestos y temores, financian guerras, envían jóvenes al dolor, y les cierran el corazón con un gran temor, doblando sus voluntades al poder, sembrando el odio, haciendo padecer, y nos llevan al abismo, sin solución, creando dolor "en nombre de la ley", es la nación. los derechos reales son calle de dos vías, tu derecho, mi deber, en armonía, si quiero mis derechos, debo proteger, los derechos de los demás, eso he de entender. esto asegura paz, en nuestro andar, libera a los esclavos y nos hace avanzar, no hace falta juicio ni condena, cuando todos somos libres, sin pena. y cuando otros cometen sus fallos, perdonamos, sin poner sellos, porque sabemos que también hemos errado, y la rectitud será nuestro legado. sin venganza, sin odio ni rencor, el amor es nuestro superpoder, es lo mejor. superaremos la hora más oscura, cuando perdonamos, encontramos la cura, pues cuando perdonamos al otro primero, todos seremos bendecidos, y no el aguijonero.

tired of the never-ending, soul-crushing, upside-down clown world? sick of feeling like no good deed goes unpunished? wondering why the country is declining, why voting doesn't work and why no one's doing anything about it? stop wondering. start sharing. so many people are waking up to the artificiality and unsustainability of modern society and its seemingly inescapable realities of the market-state complex. i know you have - that's why you're reading this. i know you know of other pockets of pushback already - the intentional communities, the private local markets, alternative currencies and counter-economy, homeschooling collectives, there are so many already established. parallel is the unification of this harmonized network, the non-heirarchical support infrastructure upon which our completely free and voluntary society rests. we are a group of like-minded individuals, initiatives, and co-operatives, convicted in the common goal of laterally unifying such parallel systems into a cohesive, structured network. we come together with a shared purpose - to delve deep into the issues plaguing society and to actively seek out practical solutions. our mission is not just to point out problems, but to brainstorm - and activate - real-world strategies that can bring about tangible change, while studying the very techniques that have manifested that change in the past. we believe in the power of individual and collective action to make a difference where it truly matters. our focus is on actionable steps that we can take today, not on waiting for systemic change to happen on its own. by changing our own mindset and behaviors, we aim to shift paradigms and create a ripple effect that will positively impact the world we share. we understand that true transformation starts from within, and we are committed to being the change we want to see in the world, both for ourselves today and for future generations to come. we are not just a quirky group of eclectic rebels - we are a community, a network of sovereign, disciplined individuals dedicated to sharing our gifts without regulation or bureaucracy. our mission is concise and powerful: make government irrelevant again. arrange our lives in common so as to make those systems that seek to siphon our freedom, energy and time completely obsolete  by replacing their so-called "rights/benefits" with community supported infrastructure. together, we constitute //society, a tremendous power of collective good in a world that often feels chaotic and uncertain. welcome to a place where dialogue leads to action, and where each voice has the potential to spark meaningful change. during group discussions, you can anticipate engaging in deep conversations that delve into the core of issues that impact your daily life. the atmosphere is one of openness and inclusivity, where every idea and contribution is not only welcomed but celebrated. this environment fosters multifaceted ingenuity; thoughts can flow freely and creativity can flourish without bureaucratical or hierarchical restrictions. we recognize that each voice brings a unique perspective to the table and seek to foster a dynamic interchange of concepts and insights, where connection and collaboration thrive and individuals are encouraged to vocalise their opinions without judgment or censorship. what is the functionality, the purpose, the end vision of this broad, ambiguous and forward-thinking vision? we all remember 2020. remember when a huge subset of all stores, restaraunts and other public services remained open and permitted unrestricted breathing and people were empowered to gather and associate freely anyway? remember when we all made the collectively empowered decision to stop shopping at Amazon and Walmart, permanently, because we knew we could meet our own needs in community? of course you don't, because then, parallel wasn't a unified vision. we don't have that excuse anymore. we are here, we are strong, and we are spreading like wildfire. can you feel the heat? we look forward meeting you, hearing your story, and supporting your integration into our collective future. ~see you soon~

in our modern world, there is a strongly rooted idea that "our savior is coming, just hold on and have faith." i'm not speaking spiritually, but in terms of political saviors. there seems to be an idea that "if abc politican somehow were elected, they would do xyz and everything would be so much better." well, let's get real for a second. it's been acknowledged, proven fact  for over a decade that the indepentent will of the average citizen has a statistically insignificant, "near zero" net effect on the outcome of elections, which is evidencce of the influence of corporate lobbying and other evidence of the sexual liason between state and market. so even if some (wo)man could save you, clearly (s)he would not be a product of or complicit in such gross ritualistic ideology. given this damning political admission, the idea of any one individual or group of individuals, regardless of their intentions, altering the systemic forces at play is clearly a manufactured concept, a bait and switch of epic proportions, designed to keep even the most skeptical citizen returning to the polls, or at least to the news, each election year. this intricate interplay of financial interests, corporate influences, and systemic institutional frameworks driving voter behavior makes it clear that the challenges facing society require a more nuanced and collective approach than simply pressing a button and recieving a sticker. the truth is, within each individual lies the inherent potential for a profound elevation in consciousness, a transformative journey which allows us to cultivate a deep sense of appreciation for one another and the world around us. by tapping into this elevated state of awareness, we are able to perceive life more like it was originally intended - a meaningful and sophisticated tapestry of interconnected moments brimming with beauty and wonder; and it is within this heightened state of being that we unlock the ability to manifest a new reality in our daily lives. through random and intentional acts of kindness, compassion, and genuine connection, we can embrace this opportunity to live authentically and with purpose, and together cultivate the environment where miracles are not just a rare occurrence, but a natural and abundant part of our very existence. the greatest secret of all is our power . not the kind of power money can buy. not the kind of power gained at the expense of someone else. the Power of Will that is each of our endowment at the moment of creation. this power is provided for and backed by Divine Law, directly and specifically antithetical to those "legal rights" assigned to citizens as benefits and  duties of a legal government, backed by legal law. it's why we must be kept perpetually enslaved indoctrinated abused addicted divided distracted enraged seduced numbed broken. because when we aren't, there is no known limit  to the human achievement and divine connection that can be experienced. so when i think about //society, i have hope. when i think about the future, i have hope. do you?

the following is a poem that was channeled on thanksgiving day of 2022. its purpose is to help remind people what rights are, and what they are not. rights are often misunderstood we use that word more than we should for rights are never dependent on document or government but rather, in our hearts are sown more a part of us than blood or bone and nobody, despite their Title can stop us in our rights revival for we all have power divine within us respected by law, when we insist we're taught that we're Born, of Nations but we are Created by Source taught that we're merely "residents" when Earth is our home, of course we're taught to identify with documents we're "citizens" they're "presidents" and over time, come to resent the divide these classes represent. we're taught that if we, ourselves compete we could, one day, become Elites. yet, their benefits lay us at their feet convinced, somehow, of their authority when in all reality they're only in power because we let them be. real rights are the rules to a game you play for freedom instead of fame. to others: no loss, injury or harm. and shouldn't it sound the alarm that... that's it? no hefty, spell-bound books of law no municipal codebooks through which to paw no years spent in expensive schools just remember the Golden Rule: unto others, thou shalt do just as you'd like done to you and - crazy though it sounds, through that one rule, peace is found and if you think it a utopian dream, check Galatians 5:18 and never again confuse your rights with corporate benefits, though they might be called the same by those who offer but eventually will make us suffer for their 'rights' come with their 'duties', too like requiring license for EVERYTHING WE DO paying taxes that fund horrendous wars sending our youth on deadly tours hardening their hearts until they're bending others to their will engendering the kind of hate no prison could ever dissipate but fosters only violence and robs us of benevolence leading us to where we are choosing handcuffs and gunfire for the sake of so-called 'rights' that cause us to harm one another "in the name of the law" real rights are, in fact, a two-way street; your right, my responsibility. and so, if i want my rights respected, of others' rights, i will be protective. this ensures that peace prevails frees all slaves and empties jails for no one need be adjudicated when each of us is liberated re-membered, not incorporated all this fear that's been created is immediately liquidated when we realise we all belong, we WILL choose rights instead of wrongs and when others make their mistakes, we WILL forgive, whatever it takes. because we know, we too have failed and righteousness is thus availed no need for lustful vengeance fast that only makes the hatred last but rather, love is our superpower, and we WILL get through this darkest hour for when we forgive another first, we all are blessed instead of cursed.